lunes, 1 de noviembre de 2010

apuntes para una reflexión sobre la belleza. dos

el kitsch siempre es cutre intelectual y emocionalmente. es difícil decidir dónde alcanza sus cimas. el jalowen es una de las manifestaciones más encumbradas del cutrekitsch

en su momento leí con interés ciertas obras de antropólogos; ruth benedict, margaret mead, bronislaw malinowski... me ofrecieron unas visiones del mundo que me hicieron más tolerante con otras culturas y anularon en mí la fatídica y salvaje idea de vivir en la cultura acertada y que esa debía imponerse a nivel planetario

con el avance de las comunicaciones y la expansión de la cultura única creí, con otros muchos, que el final de la antropología había llegado y era una ciencia de otros tiempos. tan frívolo y superficial puede llegar a ser uno

recientemente descubrí este escrito de taussig: la bella y la bestia que me ha descubierto la antropología como una ciencia muy viva. te recomiendo fervientemente leer el artículo; he entresacado algunos párrafos, pero pierden bastante de su sentido ya que el artículo no tiene tregua ni desperdicio:

"Una cosa es reestructurar una nariz o un seno. Pero, ¿reestructurar una sonrisa no es otra cosa completamente distinta? El Tiempo, en su artículo llamado “Los cirujanos del bajo mundo” publicado luego de la captura de Chupeta, presentó dos historias de un odontólogo famoso –pero no identificado– de Bogotá que facilitaba a sus clientes paramilitares una nueva sonrisa, como si fuera una nueva nariz. Por mi parte, siento que hay algo más que me impresiona, alguna inefable radiación que habla de un nuevo núcleo. La palabra que se usa es “diseñar”, como los “designer jeans”...

Pregúntate qué tipo de sonrisa te gustaría tener. Pregúntate si alguna vez te has hecho esta pregunta, y piensa en tu respuesta...

Después de todo, la cirugía plástica es el acto característico de los paras cuya estrategia –si se pudiera utilizar una palabra tan elegante para describir un acto tan elemental– para enviar un mensaje inconfundible fue la mutilación con su instrumento preferido, la motosierra. ¿es posible que esta obsesión con la sonrisa sea como una película de terror de tercera categoría en la cual las caras sonrientes van mano a mano con los cuerpos mutilados, la bella y la bestia, el villano de risa ahogada con sus instrumentos de tortura violando a sus víctimas? entre más los mutila, más llama a su odontólogo elegante para que le mejore su sonrisa.Lo que busco representar con esta fusión incómoda de la cirugía plástica y la mutilación es que Colombia presenta una confluencia de cirugías y manipulaciones corporales que son radicales, únicas y aterradoras –equivalentes, me atrevo a decir– a una fase totalmente nueva en lo que significa ser humano...

A veces puede parecer que la humanidad entera, o por lo menos la mitad femenina en Cali, se está haciendo operar mientras hablo. hoy en día sería bien difícil encontrar en aquella ciudad una mujer joven o de mediana edad sin los senos engrosados y más visibles, hasta asombrosos, por su gran escote. La desilusión más aplastante para la militante holandesa tanja nimeijer, miembro del ejército de las farc cuyo diario fue encontrado recientemente por el ejército colombiano, fue que las amigas de los comandantes guerrilleros tenían todas implantes de seno. en Pereira, según un joven profesor de derecha de esta ciudad, hay una clínica de cirugía plástica al lado del aeropuerto, y en el aeropuerto hay unos policías cuyo trabajo consiste en verificar que las hordas de pasajeros volando, luego de la cirugía, tengan sus senos falsos implantados por lo menos una semana antes de viajar, si no, pueden explotar en pleno vuelo debido a los cambios de presión...

Casi todas las personas con las que hablo en Colombia, tanto mujeres como hombres, ricos como pobres, parecen ser expertos en el tema de la cirugía estética, de la misma forma como los campesinos en las serranías o selvas lejanas abren hábilmente sus celulares nokia con una navajita, la uña o con la punta de un machete afilado...

¿Y cómo se habla de los cambios de moda en general, respetando los bombardeos energéticos del gusto del momento? yo me acuerdo de la época, a principios de los setenta, cuando los jeans eran la cosa más buscada en Colombia, en Cali rogaban a los gringos que vendieran sus viejos jeans usados aunque fuera a un precio fenomenal. expertos predijeron un cambio mundial en el cuerpo humano, tanto en el masculino como en el femenino, para poder entrar en este tipo de pantalón. O en los zapatos como los adidas o los nike. desde el final de los ochenta en adelante, los jóvenes de los barrios pobres mataban para conseguirse un par de tenis, reales o falsos, arrebatándolos del cuerpo aún caliente del cadáver sangriento...

Una amiga de esta sobrina se hizo un aumento de senos pero se le infectaron y terminaron haciéndole una mastectomía doble. Otras mujeres se han agrandado los ojos para luego no poder cerrarlos. “¡Imagínate!”, interviene una vecina. “¡Imagínate tratando de dormir!”. M. recuerda la historia de un padre de familia en algún lugar de Colombia que regaló la liposución a sus hijas mellizas para celebrarles sus quince años. también cuenta la historia de dos hermanas que murieron debido a un error con la anestesia durante una cirugía plástica que también fue un regalo de cumpleaños. Mi amiga s. en Bogotá me cuenta que hay una tendencia a la lipo en serie. te haces una, te vuelves a engordar, luego viene la segunda, y así continuamen- te. Recuerda la historia de una cantante famosa de origen humilde, que con menos de treinta años se hizo la liposución y siguen las historias...

Alrededor vi mujeres jóvenes y ni tan jóvenes en blusas ombligueras mostrando sus estómagos, revelando el ombligo y el “rollito” de gordo sobresaliendo de los bordes de sus jeans de corte bajo –definitivamente, candidatas para un poco de lipo–. Cuando se agachan o se doblan, se estalla a la vista la rajadura tabú entre las nalgas, muchas veces decorada con un tatuaje de una flor o un diseño cósmico...

Junto con la creciente multiplicación de las farmacias en Latinoamérica que es mayor, me atrevo a decir, que en europa o norteamérica, existe la de los peluqueros, estilistas y salones de belleza. en el pueblo empobrecido y negro donde viví en el sur de Cali a los principios de los setenta, me acuerdo de un solo salón de belleza. aquel salón era básicamente la sala de la casa del propietario. el pueblo tenía unos doce mil habitantes en ese momento y la mayoría de las jóvenes mantenían el cabello en rulos, hechos generalmente con un cilindro en cartón tomado del interior de los rollos de papel higiénico. ellas se los ponían solitas en casa, tal vez con la ayuda de su madre, una hermana, una hija o una amiga. Las mujeres los mantenían puestos durante lo que me parecían días enteros, dentro de la casa y en la calle, así que parecía natural, como el mismo cabello. Más tarde empezaron a usar los rulos plásticos de colores vivos, azules y amarillos brillantes por ejemplo, que como los rulos en cartón se volvieron adornos embellecedores y no solamente los medios para un fin –siendo el fin el cabello liso–. todo esto ha desaparecido con la llegada de las lociones para alisar el pelo y los cuidados suaves de los magos y diosas que consienten a las mujeres en sus salones. Los ingresos reales per cápita del pueblo seguramente no han subido, pero el número de salones está por el cielo, junto con las farmacias, la moda floreciente, y la erotización de la vida cotidiana. te das cuenta de que en Latinoamérica ha ocurrido una revolución sexual cuando ves un estante entero en la librería del aeropuerto orgullosamente exhibiendo libros como El Kama Sutra para lesbianas.
Una historia de la belleza. ¿Por qué parece tan extraño?...

Cuando el bus entró en el pueblo polvoriento, pasé por la caseta donde vende hierbas medicinales el indio putumayo, antonio Benavides, a quien conozco desde hace décadas. tales yerbateros son famosos tanto por su magia como por su botánica. de hecho sería un error separar el uno del otro. durante los diez minutos en que charlamos pasaron dos mujeres. La primera tenía un cuerpo enorme, sobre todo su trasero. La segunda parecía pertenecer a un estrato económico más alto, no era tan gorda pero obesa sin embargo, a mi modo de ver, ambas querían algo que yo nunca había oído nombrar en mi vida: hierbas para perder peso. Él afirmó tener justo lo necesario: una jarabe para adelgazar, pero se negó a contarme lo que contenía. semejante hierba es una novedad total en la farmacopea folclórica, pero como magia está seguramente a la altura de la situación actual. Obviamente no de una forma tan dramática como la lipo con sus cánulas y fajas que envuelven las momias de alberto mientras salen voladas de Cali en taxis veloces, pero no menos mítica."

y otra bella canción de paco ibañez con texto de luís cernuda, uno de nuestros muchos exiliados:

"ellos los vencedores, caínes sempiternos"... clarividencia del poeta como podemos comprobar en este momento que se nos quieren hurtar los cadáveres de las fosas comunes. ¡carroñeros!

"Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?"

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