lunes, 22 de febrero de 2010

inversión piramidal


miguel de unamuno. "recuerdos de niñez y de mocedad":

nos cuenta unamuno del gusto que tenían de niños por coleccionar los cromos de la época, los santos, y de utilizarlos en sus juegos a modo de dinero y de las apuestas que inventaban con ellos:

"anuncié que por cada veinte santos que se me prestaran daría uno de interés cada semana, lo cual no más que el 1040 por cien anual. al cebo del interés acudieron a mi bolsillo las pequeñas fortunas y llegué a ser depositario de un considerable capital. teniendo la ley y el capital sólo me faltaba la fuerza bruta, sin la cual no hay, en el fondo, empresa que prospere. asocié a mi agiotaje a un chico de puños, a quien por la gorra que llevaba le llamábamos el naranjero, para que defendiéndome el capital hiciera respetar la ley

llegaba yo con los bolsillos bien atestados de santos, proponía a uno cualquiera jugar los que él tuviese, a menudo los mismos que me había dejado en préstamo usurario, y si se los ganaba, desde luego negocio rápido, mas si a la primera los perdía yo, doblaba la apuesta, obligándole a seguir jugando, pues que ganaba, y así, al amparo de la ley y de los puños del naranjero, mi socio ejecutivo, dejaba al pobrete limpio de todo. "¿quieres jugar?" "¡sí!" "¿van diez?" "¡bueno!" ¿perdía yo? "¡van veinte!"; ¿seguía perdiendo?, "¡van cuarenta!", y como yo tenía el capital con que responder de varias apuestas sucesivas y dobladas, el azar dejaba para mí de serlo

dígaseme ahora si esto de pelar a cada uno con los caudales de todos no es la cosa más parecida a la institución de los bancos y si yo no demostraba grandes aptitudes para financiero. y ahí queda también ejemplificado aquello del evangelio de que a quien tiene mucho se le dará más, pero al que tiene poco hasta ese poco le será quitado. ¡lástima grande que aquella mi incipiente vocación de hacendista se ahogara en brote! no me ha dado fruto, pero cuando menos esta vieja flor de mis recuerdos me envía, al través de los años, su perfume y me hace pensar lo que yo habría llegado a ser de haberme dedicado a hacer fortuna..."