martes, 4 de mayo de 2010

el asesinato de la pintura



"el asesinato de la pintura" es una exposición de fotos, pocas debido a su gran formato, en el bar canela, en la plaza de cañadío de santander

fotos en las que el autor intenta una conexión, siempre fallida por sus propias esencias, entre la fotografía y la pintura. el intento de conseguir una foto "que parezca un cuadro". esta es la característica de la exposición "el asesinato de la pintura"; son fotos que a primera vista parecen pintura y así lo expresan muchas personas que las ven y aceptan el juego que se propone y exclaman "parece un cuadro"

otros, más avisados, o con menos capacidad para el juego o más técnicos, sin más, intentan encontrarle el artificio tech, digital, siendo que son fotos tal cual, con el inevitable trabajo de ajustes cromáticos y lumínicos antes de pasarlas a papel. algunas de ellas son diapositivas (diferentes tipos de diapositivas); otras son digitales. las fotos digitales, como ocurre con los negativos, son más ambiguas; pueden conducir a resultados diferentes y correctos: unas más azules; otras más rojas, verdes o amarillas. no hay más que hacer la misma foto con cámaras de diferentes fabricantes y comparar después (o incluso con diferentes ópticas del mismo fabricante). la diapositiva es más "objetiva" en cuanto que, si es buena, una buena copia es la que se parece al original

"el asesinato de la pintura", título de esta exposición no se refiere a que estas fotos sean ni pretendan tal cosa. el asesinato, propiamente dicho, ocurrió en el siglo XX. desde el propio nacimiento de la fotografía, los pintores, muchos pintores, se aproximan y usan de ella. algunos con devoción duradera; otros con una curiosidad más etérea. en cualquier caso la fotografía, soterradamente, va planteando una cuestión filosófica, metafísica: ¿cuál es el lugar de la pintura frente a la fotografía? el añadido de una amplia burguesía que accede al mercado del arte y el consecuente surgimiento y afianzamiento de una organización (galerías, marchantes, comisarios... cureitors en su última versión) comercial que necesita renovar el mercado sin cesar para ser, van asestando puñalada tras puñalada a la pintura. hasta su asesinato final hace décadas

la deconstrucción (como ahora se dice de la pintura, de la cocina y de la filosofía) se parece al ir quitando capas a una alcachofa. no encuentras la alcachofa y te quedas sin alchachofa. en el siglo XX, la pintura sufre un proceso implacable de análisis, uno de cuyos primeros ejecutantes es picasso que, en 1907, pinta "las señoritas de avignon" tras un "pequeño" trabajo de más de 600 bocetos previos en 7 meses (se pudieron catalogar a su muerte). luego vino duchamps y las diferentes abstracciones e istmos que fueron quitándole capas a la alcachofa. luego, la alcachofa, ¡alehop!

y, ahora, ¿qué hacemos?, se dijeron no pocos pintores e hicieron fotos. parecía que querían vengarse y asesinar a su vez a la fotografía. hace unos pocos años, cuatro o cinco, parecía que lo habían conseguido. la fotografía, si no muerta, andaba moribunda. en los últimos tres años ha sido una erupción, no tanto volcánica, más bien parecida al sarampión infantil

de repente la fotografía asiste a un renacimiento explosivo y confuso, como le corresponde a las erupciones. la fotografía vive de nuevo el sarampión, enfermedad eruptiva e infantil, es decir que anuncia un desarrollo futuro. cuando se despeje el ruido viviremos momentos brillantes de la fotografía. esto no llegará en tanto la fotografía no se libere del peso de la imagen publicitaria (considerando la estética y filosofía mtv como netamente publicitaria). ¿ocurrirá? ocurrirá. es una visión optimista. la que corresponde a toda evolución. un día el mono, cansado de coger todos los días un palo descubre la herramienta. es la madurez del mono. su transcendencia. un día el fotógrafo cansado de disparar sin ton ni son nos descubrirá el arte. y creará las imágenes que recordaremos entre las miles que vemos cada día. será la transcendencia de la fotografía. no va a ser fácil

"el asesinato de la pintura", ¿habrá sido definitivo? también es seguro que no. sólo que aún no parece llegado su sarampión, su erupción, su nueva infancia. la pintura, al fotógrafo le duele reconocerlo, es superior a la fotografía. un tanto más exquisita, más sutil. su capacidad cromática (me refiero a los pigmentos y el óleo; los acrílicos y plásticos no tienen nada que aportar en esto), por señalar una sola diferencia, está muy por encima de las posibilidades de la fotografía. no es descabellado pensar que se recupere un gusto por las sutilezas cromáticas, existiendo la gastronomía que cultiva las sutilezas (a veces por demostrar) del gusto o la perfumería, que en muchas ocasiones (demasiadas) se dedica más bien a arruinar que a cultivar las sutilezas del olfato

otra superioridad de la pintura sobre la fotografía es cuestión de inconsciente colectivo. el espectador ante una pintura se emociona o no, se identifica o conmociona o no. la vive emocionalmente sin más. o no la vive. pero no le pide a la pintura un criterio de realidad, un relato. este criterio de realidad es consustancial al espectador de una fotografía que espera un relato de ella. una historia. al menos saber el lugar donde está hecha

las fotos de esta exposición tienen cada una una historia. pero no cuentan ninguna historia. no cuentan nada. sólo pretenden un relato estético. emocional