sábado, 29 de mayo de 2010

la manzana de la discordia


uno de los momentos más sorprendentes en la historia de la pintura es el del expresionismo; sobre todo el expresionismo alemán (el grupo el puente)

la sorprendente utilización del color que hacen los expresionistas parece caminar en contra de la lógica. los caballos azules de franz marc o los rostros verdes de erich heckel o ernst ludwig son imágenes muy poderosas que atraen de forma misteriosa

el color, a poco que uno se detenga en él, es algo misterioso y mucho más relativo que lo que acostumbramos a pensar, cuando lo hacemos (el pensar) superficialmente. no voy a hablar del color, ni de su relación con la luz o con las vísceras o con los estados de ánimo. o de como cambia nuestra percepción del color según el funcionamiento de nuestras vísceras que también cambia profundamente nuestro estado de ánimo. y a la inversa...

no es materia fácil de aprehender y mucho menos de comunicar dado que, como la música, es territorio de lo sensitivo más que de lo intelectual. y cosa apasionante cuando uno se detiene en ella:

van gogh:

"cartas a su hermano teo"
"Ya verás. Este croquis apresurado te da la composición; un primer plano simple de arena gris, el fondo también muy simple, paredes rosas y amarillas con ventanas de persianas verdes y un rincón de cielo azul. Los dos coches muy coloreados, verde, rojo, las ruedas -amarillo, negro, azul, anaranjado -. Siempre tela de 30. Los coches están pintados a lo Monticelli, con empastes... Supón ahora un abeto azul verde inmenso, extendiendo sus ramas horizontales sobre un prado muy verde y la arena manchada de luz y de sombra. El rincón del jardín, muy simple, está alegrado por canteros de geranios anaranjados en los fondos, bajo las ramas negras.


Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas para llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación. Las paredes son de un violeta pálido. El suelo es a cuadros rojos. La madera del lecho y las sillas son de un amarillo de mantequilla fresca; la sábana y las almohadas, limón verde muy claro. La colcha, rojo escarlata. La ventana, verde. El lavabo, anaranjado; la cubeta, azul. Las puertas, lilas. Y eso es todo -nada más en ese cuarto con los postigos cerrados. Lo cuadrado de los muebles debe insistir en la expresión del reposo inquebrantable. Los retratos en la pared, un espejo, una botella y algunos vestidos. El marco -como no hay blanco en el cuadro - será blanco.


¡Pero si el domingo hubieras estado con nosotros!... Hemos visto una viña roja, toda roja como el vino rojo. En la lejanía se volvía amarilla y después un cielo verde con un sol, terrenos, después de la lluvia, violetas y centelleantes de amarillo por aquí y por allá, donde se reflejaba el sol poniente.

En cambio los olivos son muy característicos y lucho por atraparlos. Son color plata, ya más azul, ya verde, bronceado, blanquecino sobre terreno amarillo, rosa, violáceo o anaranjado, hasta el ocre rojo apagado.

El jardín de Daubigny tiene el primer plano de hierba verde y rosa. A la izquierda, un macizo verde y lila y un tronco de planta con follaje blanquecino. En medio de un cantero de rosas a la derecha, un conjunto de cañas, una pared y sobre la pared un avellano de follaje violeta. Después, una hilera de lilas, una fila de tilos redondeados, amarillos; la casa misma en el fondo, rosa, con techo de tejas azuladas. Un banco y tres sillas, una figura negra con sombrero amarillo y en primer plano un gato negro. Cielo, verde pálido"

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hoy creemos vivir en un mundo de colores frente a un pasado en blanco y negro o de grisaceos colores. la realidad es que hay una profusión de colores, pero estos colores son triviales y, en general, de bajo perfil. plásticos

la realidad es que nuestras telas y estampados no lograrán jamás esos tonos sobrenaturales que se alcanzan en algunos lugares que por comodidad intelectual consideramos primitivos

en la foto, por ejemplo. cuando veo fotografías según las nuevas modas de ajustes extremos y deformantes me suele chirriar la neurona. esos colores imposibles, esos cielos que hacen temblar a los grabados de la biblia de Doré... es tan fácil sentirse artista moviendo el cursor hacia adelante y hacia atrás, que en un momento, ¡oye!, consigues obras de arte (en plural)

... por eso huyo de esos recursos tan triviales y mecánicos y no los utilizo

otro día hablamos de la manzana de la discordia y de la guerra de troya