viernes, 4 de diciembre de 2009

los hombres azules


Moussa Ag Assarid, a veces, tarda días en encontrar a su padre cuando va a visitarle. Moussa es tuareg, es decir nómada.


"Tuareg significa “abandonados”, porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: “Señores del Desierto”, nos llaman...

A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas… Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua"

Los nómadas se mueven por intuición y carecen de una cultura escrita producto de su forma de vida. La tradición oral, las "historias" y los cuentos son parte esencial de su vida. Cuando Moussa tenía doce años, a principios de los 90, perdió a su madre consecuencia de una gran sequía. "¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo"

Moussa ha escrito un libro titulado "En el desierto no hay atascos"; con los derechos de sus obras mantiene una escuela para decenas de niños tuareg. Moussa vive en Francia, pero su corazón y su pensamiento están en el desierto... "Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra… Aquí, por la noche, miráis la tele."

El entrevistador le pregunta por algún momento de felicidad en el desierto: "Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde…Es un momento mágico… Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor… La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor…"

Moussa, si se pierde, sigue a su camello.

Si crees que te has perdido, sigue a Moussa. Te conducirá a una fresca fuente que calmará tu sed.