viernes, 24 de diciembre de 2010

confusa mente

Escudo de Santander en 1755
Escudo de Santander que figura en el documento de la concesión del título de ciudad por Fernando VI en 1755
Según los ingenieros militares fue ayer. Según las demás fuentes, fue anteayer, día 22 de diciembre de 1248, conmemoración de la llegada de las reliquias de San Isidoro a León, que el rey San Fernando entró victorioso en Sevilla frente al moro.

En la toma de Sevilla tuvo un papel decisivo la armada montada en Santander y que al mando de Bonifaz rompió la barrera de cadenas que protegía la retaguardia de los sevillanos en el Guadalquivir, entre la Torre del Oro y Triana, principal fuente de abastecimiento de la Sevilla sitiada por tierra desde el año anterior. Y ese es el origen del escudo de Santander. La foto corresponde al escudo que luce en el documento de 1755 en el que Fernando VI le concede a Santander el título de ciudad y se ve la Torre del Oro y un barco rompiendo las cadenas.

Posteriormente se añadieron al escudo dos cabezas; las de los santos patronos de la ciudad de Santander que son San Emeterio y San Celedonio, que también son los patronos de Calahorra, en cuyo escudo también aparecen San Celedonio y San Emeterio, pero escrito. Son patronos de Calahorra porque estos santos mártires eran calahorranos y soldados romanos en el siglo III cuando fueron martirizados y decapitados. Sus cuerpos se conservan como reliquias en la propia Calahorra. Se ve que los calahorranos no ven bien poner unos cuerpos sin cabeza en el escudo y por eso escriben en él sus nombres. Las cabezas llegaron río arriba hasta Santander. En un barco de piedra.

Tal vez sientas la tentación de pensar con ligereza sobre las cuestiones de las reliquias como cosas del pasado sin mayor importancia que como anécdotas de unas mentes, digamos, ingenuas. Muchas de las cosas que ocurren en los museos y las subastas pueden hacerte pensar de otro modo. Piensa, por ejemplo, en la cifra astronómica que puede llegar a valer un peine utilizado por John Lennon tras componer Imagine. La caspa no es que haya tenido valor en el pasado. O no sólo.

Y las ciudades europeas se han construido alrededor de reliquias sagradas. En la edad media, que es cuando surgen las ciudades en Europa. León, por ejemplo, se asienta y desarrolla como ciudad tras recibir las reliquias de San Isidoro de Sevilla, que escribiera la primera enciclopedia en el siglo VII y tenido por hombre sabio y de familia ejemplar: hermano de San Fulgencio, de Santa Florentina y de San Leandro. Todavía en la cuna protagoniza un milagro: las abejas entraban y salían de su boca anunciando su futura elocuencia. Y durante la Reconquista fue el santo más activo con sus apariciones a Alfonso VI en la conquista de Toledo, a Alfonso IX en la de Mérida, a Alfonso VII en el sitio de Baeza y a Fernando III el Santo en la de Sevilla. No consta su aparición a Aznar, Trillo y Rajoy en la toma de Perejil.

(fragmentos de un artículo de El País:

José María Aznar no perdió el tiempo al enterarse del incidente, minutos después de las tres de la tarde. Convocó una reunión de urgencia a las seis y media en el comedor de La Moncloa con casi medio Gobierno, que acababa de reajustar -faltaba Ana Palacio, la nueva ministra de Exteriores, que estaba despidiéndose de Bruselas-, y una retahíla de asesores. Pasadas las nueve de la noche, logró por fin que se le pusiera al teléfono el primer ministro marroquí, Abderramán Yusufi.

"Lo que habéis hecho nos parece un acto de fuerza intolerable". "Exijo una explicación y la retirada", espetó el presidente a su interlocutor marroquí, según contó después el propio Aznar a los que esperaban reunidos. Yusufi le contestó en castellano que no sabía de lo que le estaba hablando. Aznar reiteró sus exigencias, y el primer ministro le respondió esta vez: "Te insisto en que ni yo ni mi Gobierno hemos autorizado nada". "Si no fuera por la seriedad del asunto, pensaría que me estás tomando el pelo", prosiguió Aznar. "El Gobierno no ha ordenado nada", repitió Yusufi. "El hecho sólo lo conozco como lo conoces tú, pero no tengo muchas más explicaciones que darte", acabó reconociendo el primer ministro. "El asunto es grave, y más aún que no seáis capaces de reaccionar", sentenció Aznar. "De aquí a mañana exijo una explicación y una rectificación". "Si lo hacéis, nosotros olvidaremos el incidente, pero, créeme, es una situación que el Gobierno de España no va a aceptar". Y dio por terminada la conversación.

Trillo madrugó el viernes para presentar a Aznar antes del Consejo de Ministros la Operación Romeo Sierra, puesta a punto horas antes. El presidente preguntó cuánto tiempo se tardaría en ejecutar ("unas diez horas desde tu aprobación", le contestó el ministro), y, una vez en marcha, cuál era el plazo límite para cancelarla antes del asalto ("entre tres y cinco minutos", le respondió). Aznar le pidió que esa misma tarde volviese a La Moncloa "con discreción" y acompañado por los jefes de Estado Mayor y el general Pedro Andreu, jefe del mando de operaciones especiales, recién llegado de la base de Rabassa (Alicante).
Sin duda, Andreu causó mejor impresión a Aznar que el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Antonio Moreno, con quien tuvo momentos algo tensos. El almirante se mostró partidario de buscar una solución diplomática a un problema que, según él, era político, no militar. "Mire, almirante", le respondió Aznar, "los marroquíes han hecho algo ilegal"

Un testigo recuerda que la discusión que allí se desarrolló fue un pequeño anticipo de las que tendrían lugar a finales del invierno de 2003, en vísperas de la invasión de Irak por Estados Unidos. Rajoy abogó por actuar cuanto antes. Rato aconsejó "enfriar el asunto" y dar más tiempo a la negociación diplomática.

el presidente tardó cuatro días más en dar la orden definitiva. Lo hizo, según Trillo, por razones políticas, porque no quería emponzoñar con el contencioso con Marruecos el debate sobre el estado de la nación, que empezaba ese lunes en el Congreso de los Diputados

En declaraciones al autor, Aznar: "yo quería tener todo el respaldo de la Unión Europea, todo el respaldo de la Alianza Atlántica y todo el respaldo de la comunidad internacional, y también el respaldo del Congreso"

Encargar esa tarea a la Guardia Civil restaba intensidad al conflicto, reducido casi a una operación de mantenimiento del orden, y evitaba humillar tanto al rey Mohamed VI. Pero la idea no prosperó porque se quiso infligirle la mayor de las afrentas.

Aznar dio su aprobación, y Trillo se precipitó a Defensa para dar las instrucciones pertinentes. A las 18.15 del martes, las unidades de operaciones especiales salieron de la base alicantina de Rabassa rumbo a El Copero, en Sevilla, aunque dos de los seis helicópteros aterrizaron por error en Morón

"De la residencia real fuimos directamente a casa de la embajadora de Estados Unidos, la señora Tutwiler", prosigue Fassi-Fihri. Les pareció una grosería pedir a esas horas a una señora que se desplazase al Ministerio de Exteriores. La visita era "para informarle de la decisión marroquí" de retirarse. "A la salida, Mohamed Benaissa llamó desde el coche a Ana Palacio para confirmarle la decisión tomada" de evacuar, añade. Descolgó el teléfono justo después de franquear la puerta de la Embajada estadounidense, y el CNI, que rastreaba sus movimientos, se equivocó al indicar que hablaba desde dentro del recinto diplomático

Equipados con fusiles de precisión Accuracy y con chalecos antifragmentos prestados por la Guardia Civil -el Ejército los tenía todos repartidos entre Bosnia, Afganistán, etcétera-, los boinas verdes rastrearon la parte alta del islote sin encontrar rastro humano. Retiraron la bandera marroquí, que ondeaba en lo alto, sin que se produjera reacción alguna. Empezaron después a bajar y se dirigieron a la tienda de campaña, de donde nadie había salido para hacerles frente. Eran las 7.06, y los primeros rayos de sol iluminaban Perejil.
El presidente prefirió permanecer en La Moncloa, donde no quiso instalar un dispositivo especial de seguimiento, pero se impacientó y se quejó porque Trillo se demoraba en llamarle, y finalmente tomó él la iniciativa de descolgar el teléfono. Le hizo además una pregunta que descolocó a su ministro. "El presidente quiere saber si se ha puesto nuestra bandera", preguntó Trillo a sus generales
A las 7.29, tres soldados marroquíes salen de la tienda y se entregan. Otros dos, colocados en puestos de vigilancia, hacen otro tanto con los brazos en alto. El último, situado en un tercer puesto de observación, está también bajo control. Sólo eran seis. No había ningún enemigo más en el islote.

"La isla está bajo bandera española y controlada", concluyó el narrador desde el buque Castilla. "Confirmamos que no ha habido que disparar". "Misión cumplida, presidente", informó Trillo a Aznar a las 7.59. "En Perejil ondea la bandera española", añadió con solemnidad.
Tras despedirse de Aznar, el ministro de Defensa se dirigió por megafonía a cuantos le rodeaban en el centro de comunicaciones: "Señores, el presidente del Gobierno me pide que les transmita a todos ustedes la enhorabuena por el excelente trabajo realizado, del que personalmente se siente muy orgulloso, sentimiento que, lógicamente, comparto. El pueblo español puede sentirse muy tranquilo con el trabajo de sus fuerzas armadas, que han demostrado estar, como no podía ser de otra manera, a la altura de las circunstancias. En nombre del presidente del Gobierno, ¡enhorabuena a todos!". La emoción atenazó a Trillo, y lo que pretendía ser un rotundo grito de alegría se convirtió en un casi inaudible "¡viva España!". Por último, Trillo pidió escuchar misa a las nueve en la capilla del ministerio.

"Marruecos se sintió abofeteado al ver cómo había sido tratado", declaró el monarca a EL PAÍS en enero de 2005. "Marruecos se sintió insultado", insistió. En esa misma entrevista dejó traslucir su escaso aprecio por el anterior presidente español. Aseguró que en tiempos de Franco los marroquíes ya habían tenido una presencia permanente en el islote sin que el dictador se inmutase. "¿Es Aznar más franquista que Franco?", se preguntó con sorna el soberano.

Benaissa, y en general todos aquellos que en Marruecos ostentaban una parcela de poder, dejaron de atender las llamadas telefónicas de España. Era, por tanto, imposible negociar directamente con las autoridades marroquíes la vuelta al famoso statu quo en el islote y la salida de los legionarios. Aznar encomendó a Palacio que convenciese al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, de que actuase como mediador. "Tienes que arreglar mi problema", le pidió Palacio el jueves, según reveló Powell en la entrevista que concedió a la revista estadounidense GQ en mayo de 2004. Al día siguiente, el Departamento de Estado remitía sendos borradores de acuerdo a españoles y marroquíes.") El País. 19/3/2006

El que esta arriesgada operación se salvase sin víctimas también tiene algo de milagroso, o ¿no?

Insisto en la probabilidad de la intervención de San Isidoro.

Isidoro, hombre sabio de su época (s. VI-VII). Con su elocuencia y conocimiento de las escrituras acabó con facilidad con la herejía de los "acéfalos" que propugnaban que Cristo había padecido no sólo como hombre, sino también como dios, siendo que Cristo padeció como hombre, pero no como dios. Apoyado en su elocuencia y conocimiento de las escrituras, San Isidoro acabó fácilmente con esta herejía y la creencia de los acéfalos, con los acéfalos de San Isidoro; porque luego, en el siglo IX, hubo otra herejía de acéfalos.

Acéfalos
(Imagen del "libro de las maravillas". Siglo XV. En ella se ven acéfalos, esciápodos y monóculos. Los esciápodos son hombres de un solo pie que se desplazaban muy rápidamente y que utilizaban el pie para darse sombra. Entre otros autores los describe San Agustín. También describe este santo a los acéfalos, llamados blemios, dando testimonio de haberlos conocido en Etiopía)

Estos acéfalos del siglo IX fundaron una iglesia cismática en Egabro (Cabra) en la Serranía de Córdoba en compañía de otros herejes llamados simoníacos y jovinianos que autorizaban la bigamia, el incesto y los matrimonios de cristianos con infieles, permitiendo además a los sacerdotes el ejercicio de la cirugía (flebotomía) y el comercio. Estos acéfalos eran seguidores de las teorías de Vigilancio que negaban la adoración a las reliquias de los santos.

Estos acéfalos de Cabra ayunaban en la natividad si caía en viernes.

Detalle del escudo de Santander de 1755

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Respondo a Hippie, Hippie, Hoorah con una ampliación de este post. Podría hacerlo en los comentarios, pero como el blog es mío y como por otro lado no lo leen más que algunos despistados que llegan a él buscando otra cosa, respondo, pues, como me da la gana:

Primero acudo a sus propias fuentes, Hippie, Hippie:


Y no puedo dejar de acordarme de Dylan, Bob; la respuesta está en el viento: "cuantas veces puede un hombre volver su cabeza, fingiendo simplemente que no ve?". Sabe que este Bob, el Dylan, actuó en el Palacio de Festivales de Santander en una actuación restringida para las autoridades y su parentela, que no hace falta explicar explicar que eran todas de derechas. Se pagó con dinero público y no salieron entradas a la venta. Yo lo vi...no a Bob Dylan, no. Vi la entrada. Las aceras estaban llenas de coches oficiales mal aparcados. Me pregunté: "cuantas veces puede Bob Dylan volver su cabeza, fingiendo simplemente que no ve"

En fin Hippie, Hippie, le voy a regalar un bonus track: