martes, 2 de febrero de 2010

...cuándo empieza y cuándo acaba...


"¡ qué luchas, qué oscuras luchas con enemigos de puro diminutos invisibles, qué luchas las de estos hombres envejecidos de nacimiento tuvieron que librar! primero, la lucha con el sabroso tedio de la ciudad. porque el tedio de la ciudad es embriagador, como dicen que es la morfina, y al que le coge ya no le deja. es una paz terrible que se os mete en los tuétanos de los huesos y os deja allí una perlesía adormecedora. y esa paz es tedio. y por eso están allí tan aburridos los pacíficos

¿son hombres? ¿son sombras? ¿son bultos de carne movediza no diferentes de los bultos de madera que pasean en andas por las calles en sus rituales procesiones? ¿son sus luchas -las electorales entre ellas- más que pasos de procesión? ¿hay alguna tragedia de verdad debajo de sus representaciones trágicas?

una rastrojera de almas es la ciudad, de almas que fueron. porque sus almas fueron y no son, sus almas viven en un pasado eterno. sus almas van pasando el pasado que no pasa, como los sacos de trigo en las cillas y paneras de la ciudad

domina a la población, o dígase al vecindario, un misterioso pánico, que es pánico de la Historia. ¡que no pase nada, por dios, que no pase nada! ¡que nos dejen repasar nuestros viejos quince misterios y ver una vez más y otra nuestros pasos procesionales! ¿que nos dejen nuestras ferias y nuestros festejos tradicionales! ¡que no nos rompan, ay, que no nos rompan la fila! ¡es tan dulce, tan amodorrador este tedio! ¡se va tan bien en él a la muerte! ¡ni se da uno cuenta de cuándo le empieza y cuándo se le acaba la vejez!"

miguel de unamuno