viernes, 27 de noviembre de 2009

La economía sosten...sostenible, du du bai, ¡yeah!


El gobierno tiene un plan.

Un plan de desarrollo de la economía sostenible que consiste en la paciente espera de que los brotes verdes cambien al bermellón por el tirón de las locomotoras económicas. Entonces podremos volver a lo mismo y volver a poner de moda la frase: "¡tu pide, que de bajar siempre estás a tiempo!" (que lejana parece, siendo una de las más repetidas hace poco más de un año) ¡cuanta sabiduría encerrada en unas pocas palabras!

El bermellón también se conoce como "rojo de china" porque en su forma natural de allí viene. De china viene el bermellón, las prendas de zara, los muebles y objetos de ikea y las pinzas para colgar la ropa, amén de una parte muy substancial de la contaminación del planeta. A cambio se quedan con los dólares y los euros.

¡Vale! los chinos tendrán tantos dólares como quieran y el bermellón, aunque ya no sean rojos, pero los de allí están amarillos de puritita envidia. Co*china* envidia porque nosotros tenemos los mejores bancos del mundo. Y los mejores banqueros.

Y esto lo reconoce hasta el gobierno; el nuestro, que es el que de verdad sabe cómo están las cosas y lo que hay que hacer.

A mí, tengo que confesarlo, a veces me cunde el desánimo viendo lo que no veo y pienso que si lo bueno para mí y para ti es que nuestros banqueros y financieros nos sableen para con el producto obtenido irse de compras por el mundo y encima nos hagan declaraciones contándonos lo bien que les va por ahí, que les falta por decirnos que somos unos burros que no les damos más que disgustos y que a ellos les debemos mucho y que gracias a ellos y su amor por el terruño que si no...

No sé, se me hace que me voy del tema...me parece que botín&co tienen una especie de complejo; el caso típico del enano que quiere conquistar el mundo.

Yo, para solucionar lo de la crisis, propongo que a los mandamases de nuestras envidiables corporaciones se les apunte a psicoterapia de grupo. O tal vez mejor a un happening que viene a ser parecido y es más moderno (en realidad son la misma cosa con el mismo origen hippie).

En la foto público asistente a un happening de Yves Klein. 1960.

Y nada, alabar la prudente actitud de nuestros próceres llena de sabiduría oriental; se nota que en su sólida formación Confucio es un referente: "siéntate a la puerta de casa y verás pasar la crisis".

"Tout va très bien, madame la marquise, tout va très bien, tout va très bien", pero no se podría conseguir que dejaran de sablearnos en el recibo de la luz, del teléfono, del ¡internet!, del seguro o las comisiones de los bancos??? por una economía sostenible...aunque nuestros financieros no pudieran irse por ahí de compras y tuvieran que estar de happening por aquí todo el rato; ¿eh?, ¿no se podría?

viernes, 20 de noviembre de 2009

Las profecías de Morelli




Cada día es más difícil ver gallinas. uno puede hacer kilómetros por las carreteras rurales y no ver gallinas, que antes eran un símbolo de la vida natural.

El día pasado he visto gallinas. no gallinas al pasar, sino de cerca, de tú a tú. Y me fascinó, como si fuera la primera vez, el ver los movimientos de cabeza de las gallinas. Ya no me acordaba de esos movimientos raudos de cabeza en que, en el mismo momento, la cabeza de la gallina está en dos posiciones diferentes. Nunca lo he sabido, pero me ha dado por pensar que dichos movimientos se deben a la oposición de sus ojos y esos movimientos deben ser una forma de calcular distancias, de triangular: en cada posición de la cabeza, el ojo toma una instantánea y con las diferentes instantáneas su cerebro "construye" una realidad con sus dimensiones y todo. Salvo por las plumas, poca diferencia con los humanos. Bueno y que la visión binocular (la posición de los ojos, en definitiva) nos evita el tener que hacer esos movimientos bruscos de cabeza. Nuestra "construcción" espacial nos viene dada por la posición de los ojos. Eso sin tener en cuenta que nuestro aprendizaje espacial no viene dado por la vista (al fin y al cabo, nuestros dos ojos nos dan dos imágenes planas), sino por el tacto.

Las gallinas que vi no tenían 18 patas, como en la hipérbole de Morelli, pero sí que tenían algo de ese universo de plástico que anticipaba. Eran perfectas. De pasarela. Y supongo que los huevos que ponen esas gallinas serán de esos que, cuando me equivoco, compro en el supermercado y siempre me llevan a preguntarme cómo meterán el colorante de la yema sin romper la cáscara. Luego me acordé de otras cosas de las gallinas.

Me acordé, por ejemplo, que las gallinas son posibles de hipnotizar con facilidad y que si les cortas la cabeza y la sueltas, o se te escapa, la gallina sin cabeza sale corriendo. Este, ancestralmente, ha sido un espectáculo que ha maravillado a los niños y a los adultos y que hoy en día ya no es posible, porque no hay gallinas. Ahora son de fábrica y en las fábricas no se anda a estas tonterías. En esta parte del mundo ya no corren las gallinas sin cabeza. Este es un hecho, probablemente uno de los pocos, absolutamente nuevo en la historia. Menos mal que, por ahora, en el mundo, en este momento, hay miles de gallinas corriendo sin cabeza

...y es que las gallinas te hacen pensar


Morelli nos habla de las gallinas (también):

Tout va très bien
"...por qué entonces inquietarse si probablemente el mundo es finito, la historia se acerca al punto óptimo, la raza humana sale de la edad media para ingresar en la era cibernética. Tout va très bien, madame la marquise, tout va très bien, tout va très bien.
Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo. Cada reunión de gerentes internacionales, de hombres-de-ciencia, cada nuevo satélite artificial, hormona o reactor atómico aplastan un poco más estas falaces esperanzas. El reino será de material plástico, es un hecho. Y no que el mundo haya de convertirse en una pesadilla orwelliana o huxleyana; será mucho peor, será un mundo delicioso, a la medida de sus habitantes, sin ningún mosquito, sin ningún analfabeto, con gallinas de enorme tamaño y probablemente dieciocho patas, exquisitas todas ellas, con cuartos de baño telecomandados, agua de distintos colores según el día de la semana, una delicada atención del servicio nacional de higiene, con televisión en cada cuarto, por ejemplo grandes paisajes tropicales para los habitantes de Reykjavik, vistas de igloos para los de La Habana, compensaciones sutiles que conformarán todas las rebeldías, etcétera.
Es decir un mundo satisfactorio para gentes razonables
¿Y quedará en él alguien, uno solo, que no sea razonable?"
Morelli (Rayuela). 1963

...un gallo este Morelli

.../...

Este día he visto estas lindas vaquitas pastando en un prado


pero de esta foto lo único de verdad son las sombras, las de la valla y las del fotógrafo. Ni vacas, ni árboles, ni prado. La "realidad" aquí fotografiada es exactamente ésta:

En el post de hoy no voy a sacar conclusiones. Esta cosa, la de las conclusiones, te la dejo a ti, pero para que completes tu pensamiento te pongo una foto hecha justo enfrente de esta "realidad" con vacas, éstas sí, de verdad, de las que mueven el rabo y tienen moscas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

rojo y amarillo


Da un poco de dolor, después de un minucioso trabajo de ajuste de colores y luces, el ver el resultado una vez subido a la güef. Unas fotos se ven más afectadas que otras. Estas tres últimas en las que el color y los matices son fundamentales son de las que salen peor paradas.

El formato de compresión (.jpg) enguarra un poco las fotos. Viene a ser como la incomprensión en las relaciones humanas.

sábado, 14 de noviembre de 2009

un niño y una caja de zapatos


Una de las cosas más entrañables del siglo XX era el ver un niño con una caja de zapatos amarrada con una cuerda. El meticuloso y preciso orden en que el niño colocaba la "carga" de su caja camión resultaba un acto artístico, similar al que realiza un artista al componer su obra.

Por varias razones más, lógicas y simbólicas, se puede considerar a la caja de zapatos como uno de los objetos artísticos más productivos del siglo. No voy a elaborarte este pensamiento.

Otra de las cosas desaparecidas del siglo XX son los perros callejeros, condición que hacía a algunos perros estimables. Hoy la sociedad exige que cada perro lleve atado un amo al otro extremo de la cadena:


Los tiempos han cambiado de tal manera que se pueden organizar exposiciones como ésta:

Y presentarla como un homenaje a Jacques Tati. La profunda horterada en la que se están convirtiendo las exposiciones, sacrificando el espíritu del homenajeado con las técnicas y estéticas del marketing de moda, da miedo. Muchas cosas cambiaría yo. Pero sobre todo no soporto que siempre tengan que tener maniquíes. Y SOBRE TODO no soporto que haya una vaca, un caballo o una cabra de tamaño supuestamente natural. Esto es propio de las tiendas de recuerdos para turistas, ¡¡¡ *^^*** !!!

Alguien debe salvarnos de la mediocridad del diseño de hoy. Si lo que hace falta es un terremoto ¡que llegue ya!, pero, por favor, no más exposiciones.