sábado, 12 de diciembre de 2009

Artistas anónimos


Tótem

¿Sabes cuanto vale una foto vulgar con pelos del pubis de una vieja?: 2.100 € en una serie de 5. lo cual le da un valor total a la foto del pubis de la vieja de 15.344,17 dólares al cambio de hoy. Lo pongo en dólares porque se sabe que es la moneda oficial de cotización del petróleo, del arte y de la muerte.

Supongo que la intervención de la anatomía completa de la vieja cotice por lo menos a 30 ó 60.000 €, como si fuera una estrella pop. Parece ser que cualquiera puede (y debe) hacerlo y que no es importante hacer tal o cuál cosa, ni dominar ninguna técnica concreta o inconcreta. Es un ejercicio de libertad y...

Pues que nada. He decidido hacerme escultor. aquí presento mi primera obra. la he llamado tótem, no sé por qué. Se me hace que el título es lo importante, que con eso será suficiente. En el arte actual nos hemos quedado sin el arte; con el título ya tenemos obra. Mira, si no, esta sugerente obra de arte:


¿El título?: tríptico. No sé si lo pillarás a la primera; pero yo, después de un arduo trabajo intelectual y emocional, me he dado cuenta que es genial, ¡oyes!

Porque si algo ha sabido el arte contemporáneo es sacar conclusiones. Y es que el arte tradicional estaba muerto. Mira por ejemplo lo que a principios de siglo decía Antoine Pevsner: "en la escultura antigua, la luz no tenía cabida en la obra. Pero en la obra de Gabo (Naum Gabo, su hermano) y en mi obra, la luz y la sombra penetran en el interior de la escultura, absorbiéndola como una esponja". Un discurso agotado, como se ve.

Antoine Pesvert. Retrato de marcel duchamp. Escultura. Celuloide sobre zinc. 1926

Estos son discursos antiguos agotados y condenados al fracaso y que afortunadamente han quedado abolidos por el fascinante arte moderno. Y lo mejor de todo es que ahorita tenemos una pléyade de artistas que no sólo están transformando el mundo de el arte, si no, sin duda, que están transformando la sociedad.

Esto es así. Yo lo sé, aunque no lo comprenda; porque tengo que confesar que a veces me cunde el desánimo y me digo: esto de el arte moderno más bien parece una psicoterapia de grupo, pero que no funciona muy bien. Parece que crea adicción porque los artistas recaen.

Por eso he pensado que es necesario crear una entidad que ayude a los artistas a desengancharse de lo suyo. Estoy hablando con una parroquia para que me preste un local para las sesiones de "artistas anónimos":

- "Me llamo Miguel Ángel y soy artista"

- los otros: "hola Miguel Ángel, cuéntanos cómo empezó lo tuyo..."

porque en estos casos de adicciones graves se sabe que lo más productivo es el sentirse apoyado por el grupo

En la imagen: artista moderna de mucho éxito en plena creación artística.