lunes, 18 de agosto de 2008

"el mundo perfecto"


"señor de las almas pedidas, tú que estás perdido entre los dioses escúchame

amable sino, que nos vigilas a nosotras, las almas dementes y vagabundas, escúchame

vivo entre una raza de hombres perfecta, yo, el más imperfecto de los hombres

yo, un caos humano, nebulosa de elementos confusos, deambulo entre mundos perfectamente acabados: entre pueblos que se rigen por leyes bien elaboradas y que obedecen un orden puro, cuyos pensamientos están catalogados, cuyos sueños son ordenados, y cuyas visiones están inscritas y registradas

sus virtudes, ¡oh dios!, están medidas, sus pecados están bien calculados por su peso, y aún los innumerables actos que suceden en el nebuloso crepúsculo de lo que no es pecado ni virtud están registrados y catalogados

en este mundo, las noches y los días están convenientemente divididos en estaciones de conducta y están gobernados por normas de impecable exactitud

comer, beber, dormir, cubrir la propia desnudez, y luego cansarse, todo a su debido tiempo

trabajar, jugar, cantar, bailar, y luego yacer tranquilo, cuando el reloj da la hora para ello

pensar esto, sentir aquello, y luego dejar de pensar y de sentir cuando cierta estrella se alza en el horizonte

robar al vecino con una sonrisa, dar regalos con un gracioso ademán, elogiar prudentemente, acusar con cautela, destruir un alma con una palabra, calcinar un cuerpo con el aliento, y luego lavarse las manos, cuando se ha terminado el trabajo del día

amar según el orden establecido, entretenerse en lo mejor de uno mismo, según cierta manera prefabricada, rendir culto a los dioses con el debido decoro, intrigar y engañar a los demonios diestramente, y luego olvidarlo todo, como si la memoria hubiese muerto

imaginar con un motivo determinado; proyectar con consideración; ser feliz dulcemente; sufrir con nobleza; y luego, vaciar la copa, de manera que mañana podamos llenarla otra vez

todas estas cosas, ¡oh dios!, están concebidas con preclara visión, han nacido con un propósito firme, se mantienen con esmero y exactitud, se gobiernan según las normas y la razón, y luego se matan y se entierran según el método prescrito. y cada una de ellas tiene su marca y su número

es un mundo perfecto; un mundo de maravillas; un mundo de superiores y magníficas cosas: el más maduro fruto del jardín de dios; el pensamiento rector del universo

pero dime, ¡oh señor!, ¿por qué tengo que estar allí, yo, semilla de pasión insatisfecha, loca tempestad que no va en pos del oriente ni del occidente, aturdido fragmento de un planeta que pereció en las llamas?

¿por qué estoy aquí, ¡oh señor! de las almas perdidas? dímelo tú, oh señor, que te encuentras perdido entre los demás dioses..."

khalil gibrán

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