lunes, 1 de septiembre de 2008

fraude



tus fotos son humo, me dijeron

puede ser...


fraude:


me dijeron que fotografiaba el humo...


1 comentario:

  1. "Necesito creer que el propio arte es real".
    Esa afirmación del personaje que interpreta O. Welles da que pensar, porque plantea la relación entre el arte y la realidad.

    Marcusse pensó en la cuestión y dijo cosas como ésta:
    "Si el arte es todavía algo en absoluto, debe ser algo real, parte y territorio de la vida, pero de una vida que en sí misma sea una negación consciente del estilo de vida establecido con todas sus instituciones, su entera cultura material e intelectual, toda su inmoral moralidad, su conducta exigida y clandestina, su trabajo y su esparcimiento".

    Consciente del grado de comercialización del arte, ya en 1972, se pregunta qué es lo que define a la obra de arte y su respuesta es la Forma, "eso que no está dicho, que no está representado y sin embargo se halla presente, las interrelaciones de las líneas y los colores y los puntos; todos estos son algunos de los aspectos de la Forma que sustrae, disocia, aliena a la œuvre de la realidad dada y la hace ingresar en su propia realidad: el ámbito de las formas".

    En el mismo ensayo, titulado "El arte como forma de realidad", Marcuse también dice:
    "El objeto estético no posee, por así decir, ningún motivo particular; o mejor, no tiene relación con ningún otro motivo distinto de la mera contemplación: la pura mirada, el oído puro, el espíritu puro. Sólo en esta purificación respecto de la experiencia corriente y de sus objetos, sólo en esta transfiguración de la realidad emerge el universo estético y el objeto estético como algo placentero, bello y sublime. Dicho en palabras más brutales, la precondición del Arte es una mirada radical a la realidad, y una mirada que se aparta de ella: una represión de su inmediatez y de la inmediata reacción ante ella. Es la obra misma lo que es y lo que impone dicha represión; y en tanto represión estética ella es "satisfactoria", disfrutable. En este sentido, el Arte es en sí mismo un "final feliz"; la desesperanza se vuelve sublime; el dolor, bello."

    Y satisfactorias, disfrutables, a veces bellas, a veces sublimes, son muchas de sus fotos; en cualquier caso no son humo.

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